miércoles, marzo 21

Con letras en la garganta (por Carlos Luna)

Como si se tratase de un juego infantil, las grandes compañías de producción y edición literaria en México, se ven subordinadas a servir a la gente con más dinero para publicar obras de pésimo contenido escrito, además de repetitivo e inexperto.

Todo lo anterior para dar a conocer supuestas ideologías vanguardistas para que estas se conviertan en el reflejo de la sociedad en la actualidad con el fin de mantener un estándar común dentro del núcleo social.

Las diferencias entre los niveles socio-económicos enmarca aún más este margen de captación correcta de los mensajes e ideologías que se ven plantadas.

Por ejemplo, no es lo mismo cuando un estudiante universitario de un nivel económico clase C+ presencia una conferencia de algún autor al azar a que una persona con una preparación a nivel básico de una clase tipo C-, esto se nota desde el interés que prestan ambas personas, en el caso del primer sujeto, su comportamiento es de serenidad y respeto, prestando mucha atención y sobre todo, creando un distanciamiento o acercamiento con el autor dependiendo de las ideologías con las que este haya crecido. Por otra parte, en el caso de la segunda persona, se observa un nivel claro de falta de atención, falta de entendimiento y en la mayor parte de los casos, credulidad, esto se debe a que su nivel educativo no presta para que este forme una propuesta propia acerca del tema que se esta tratando.

La forma en la que las ideas de algunos autores de libros como por ejemplo “Quiúbole” o el tan anunciado “Juventud en éxtasis” solo reafirman el hecho de que la propaganda que se les da por ser según una ideología de lo que es correcto o lo que es incorrecto, esta dictado conforme a lo que las personas que están a cargo del manejo de las masas necesitan con respecto a los momentos en los que el publico reaccione.

Pareciera y es injusto que el acceso de nuevos autores al circuito de difusión es casi imposible si no cumple con las características requeridas para la aprobación de los personajes que están a cargo del sistema de aceptación de ideologías que domina la industria literaria.


La manera en que la propaganda de materiales como la del Sr. Yordi Rosado llega a las personas de menor conocimiento estudiantil proviene de la televisión principalmente, ya que en un programa del cual es miembro es miembro, se hablaban maravillas de la nueva forma en que la sexualidad de los jóvenes en México es vista, así como sus riesgos y demás parafernalia, dando equivocadamente la información de estos temas, afectando lógicamente, a la gente que no tiene la preparación necesaria para descartar lo innecesario, obvio el sector más afectado es el de las clases socio-económicas inferiores.

La problemática principal radica en que si las más importantes compañías como continúan respaldando a este tipo de autores, la sociedad mexicana no podrá experimentar un verdadero crecimiento en el rubro literario, afectando también a otros como el de la educación, la economía, etc.

La forma de resolver este problema es crear un propaganda que no sea oportunista, si no por todo lo contrario, informativa y de gran contenido, que no se sustente por el poder económico ni por el de las conveniencias personales, que mire las ventajas generales y no las individuales, conllevando a que la calidad de los autores que dan a conocer sus ideas mejore para bien de la literatura en México y en el mundo.

Fuentes:
Reyes Arce, Rafael - Comunicación y mercadotecnia – 2005

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